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Introducción

El término histología proviene del griego histos que significan tejido y logía que significa estudio o ciencia, respectivamente. Por lo cual el término histología es la ciencia que se centra en el estudio de los tejidos y órganos del cuerpo humano. Utilizando la anatomía microscópica, la histología examina los tejidos que componen los órganos y sistemas del cuerpo humano. Una de las razones clave para adoptar este término fue la comprensión del desarrollo embrionario, que se basa en las tres capas germinales primarias: ectodermo, mesodermo y endodermo. Estas capas a su vez dan origen a los cuatro principales tipos de tejidos:

Características y composición de un tejido

Se define tejido como un Conjunto de células que poseen un origen común y matriz extracelular (MEC) que se agrupan para realizar una o más funciones determinadas.

Las células son responsables de preservar las estructuras esenciales de los tejidos, con el fin de llevar a cabo sus funciones asignadas. Estas funciones pueden variar significativamente según el tipo de tejido en el que se ubiquen. La colaboración entre las células dentro de un tejido garantiza la ejecución eficaz de diversas actividades biológicas fundamentales para el organismo.

Además, estas células organizadas se comunican entre ellas a través de las uniones intercelulares, y de acuerdo con las necesidades funcionales del tejido modifican su estructura formando lo que se conoce como especializaciones de membrana.

La matriz extracelular, generda por la propia célula, es una estructura fundamental en los tejidos del cuerpo humano, compuesta por una variedad de componentes que incluyen agua, sales minerales y proteínas. Estos elementos se encuentran presentes en diferentes proporciones según el tipo de tejido, contribuyendo así a las características únicas de cada uno. Por ejemplo, en el tejido óseo, la matriz extracelular está dominada por sales minerales como el calcio y el fósforo, que le confieren rigidez y resistencia. En contraste, en tejidos como el cartílago, las proteínas como el colágeno y la elastina son más predominantes, proporcionando flexibilidad y elasticidad. Esta compleja composición de la matriz extracelular juega un papel crucial en la función y la integridad de los tejidos, permitiendo una variedad de funciones biológicas clave, como el soporte estructural, la comunicación celular y la regulación del ambiente tisular.

Composición del tejido

En los animales, estos componentes celulares están inmersos en una matriz extracelular más o menos extensa, de características particulares para cada tejido.

Generalmente, esta matriz es generada por las propias células que componen el tejido, por lo que se dice que los tejidos están constituidos por un componente celular y, en algunos casos, por un componente extracelular. El tejido es uno de los niveles de organización biológica, situado entre el nivel celular que está en el escalón inferior, y el nivel del órgano que está en el escalón superior de organización.

La disciplina de la biología encargada del estudio de los tejidos orgánicos es la histología. Si se profundiza en los detalles, puede afirmarse que existen más de una centena de tejidos diferentes en los animales y algunas decenas en los vegetales, pero la inmensa mayoría son tan solo variedades de unos pocos tipos fundamentales. La estructura íntima de los tejidos escapa a simple vista, por lo cual se usa el microscopio para visualizarla.

Estructura de un tejido

Un tejido puede estar constituido por células de una sola clase, todas iguales, o por varios tipos de células dispuestas ordenadamente. El grado de especialización de los tejidos varía notablemente, tanto en lo funcional como en lo estructural. Según su origen embriológico, pueden clasificarse en dos grandes grupos: tejidos especializados y tejidos no especializados.

Las células que forman parte de un tejido se especializan mediante procesos complejos. La diferenciación celular, como otros procesos celulares, está controlada por mecanismos de regulación de la expresión génica tales como el control genómico, el control transcripcional, el control postranscripcional, el control traduccional y el control postraduccional.

La diferencia entre los tejidos compuestos por un solo tipo de célula y aquellos que contienen diferentes tipos de células radica principalmente en su composición y función:

  1. Tejidos homogéneos (un tipo de célula):

Composición: Formados únicamente por un tipo celular. Todas las células tienen la misma estructura y función.

Función: Tienden a cumplir funciones específicas y especializadas, de forma uniforme.

Por ejemplo:

El epitelio simple escamoso (células planas, como en los alvéolos pulmonares).

El tejido muscular liso (formado por células musculares lisas).

  1. Tejidos heterogéneos (diferentes tipos de células):

Composición: Incluyen diversos tipos celulares, cada uno con características específicas que contribuyen a la función del tejido.

Función: Estos tejidos realizan funciones más complejas y diversas gracias a la interacción y cooperación de las diferentes células.

Por ejemplo:

El tejido conectivo, donde los fibroblastos producen fibras, los macrófagos participan en la defensa inmunológica, y los adipocitos almacenan energía.

El epitelio respiratorio, que combina células ciliadas para mover el moco, células caliciformes para secretarlo y células basales para regenerar el tejido.

Clases de tejidos

Existen cuatro tipos de tejidos fundamentales, en los animales:

  • Tejido epitelial: su función principal es recubrir las superficies del cuerpo tanto externas como internas.
  • Tejido conectivo: su función principal es unir y soportar a otros tejidos del cuerpo.
  • Tejido muscular: se ha especializado al máximo para conseguir un correcto funcionamiento mecánico a partir de la energía química, mediante la interacción de las proteínas contráctiles actina y miosina.
  • Tejido nervioso: su función es percibir diferentes tipos de estímulos ya sean mecánicos, químicos, térmicos y traducirlos a señales eléctricas para su conducción.